Algunos estados europeos están consiguiendo algo histórico, algo que hace unos años no se podría ni pensar y, para que engañarnos, algo que muchos no llegamos a entender del todo: financiarse con rentabilidades negativas. El inversor que compra estos productos no va a recibir un beneficio sino que va a tener que pagar algo por ser el titular de esos bonos. Un ejemplo puede ser Alemania que ahora mismo tiene rentabilidades negativas en bonos de varios años de duración como el bono a 2 años (-0,21%) y el bono a 5 años (-0,05%), solo empezamos a encontrar rentabilidades positivas en el plazo de los 10 años y estamos hablando de un paupérrimo 0,38%. ¿Comprarías un activo financiero sabiendo de antemano que no te va a hacer ganar dinero?
Que los estados se estén financiando con rentabilidades negativas es una anomalía que contraviene todas las reglas financieras que nos han enseñado desde pequeños. En este caso el que recibe el capital no tiene que usarlo para nada, ni invertir buscando un retorno, se lo puede quedar en efectivo y cuando lo devuelva habrá ganado dinero. No es de extrañar entonces que los países no tengan incentivos para bajar su nivel de deuda, al fin y al cabo todos aceptaríamos dinero por el cual no tuviésemos que pagar nada. Un mundo en el que el prestamista pierde dinero y el prestatario lo gana parece un mundo al revés. Nadie en su sano juicio prestaría dinero en estas condiciones pero es algo que está pasando, entonces ¿nos hemos vuelto todos locos? Pues un poco sí. ¿A la gente le gusta tener cada vez menos dinero? definitivamente no.
Razones de las rentabilidades negativas
Si estamos todos de acuerdo en que esto no es normal vamos a intentar encontrar las causas de que esto ocurra e intentar predecir si esta tendencia va a perdurar en el tiempo o es algo pasajero. Como ya habrás deducido el Banco Central Europeo tiene mucho que ver en todo esto, por no decir que es el único responsable, las políticas que lleva tomando en estos últimos años ha desembocado en un escenario de tipos bajos, deflación e inyección de dinero a raudales con el programa de compra de bonos que está comenzando en estos momentos.
Bajos tipos de interés
No es ningún secreto que la zona euro está atravesando desde hace unos años un periodo de bajo crecimiento económico, y decrecimiento en muchas zonas, y una de las medidas que suelen tomar los bancos centrales para intentar revitalizarla es bajar los tipos para que el crédito fluya y se incentive la actividad económica y la inversión. Con unos tipos bajos todos los productos de renta fija van a bajar sus rentabilidades porque no necesitan ofrecer grandes cantidades para conseguir fondos, lo estamos viendo con los depósitos bancarios que están en unas rentabilidades que no tienen nada que ver con la de hace unos años. Básicamente bajar el tipo de interés es bajar el precio del dinero, el precio por prestarlo disminuye, por lo tanto en las emisiones vivas entra dinero bajando la TIR y en las emisiones lanzadas a partir de ese momento necesitan menos rentabilidad para ser atractivas. La perspectiva de crecimiento no es positiva en buena parte de la zona euro por lo que los bajos tipos de interés van a continuar.
Baja inflación o deflación
Esto está íntimamente relacionado con los de arriba. El objetivo primordial del BCE es mantener la inflación de manera estable en torno al 2%, es lo que se considera deseable para un crecimiento económico sostenido. Cuando la inflación está baja se bajan los tipos de interés para inyectar más dinero y ayudar a que la inflación repunte. En la actualidad la zona euros está en deflación (las variaciones de precio son negativas) y esto a parte de tener un impacto en la rentabilidad de los bonos lo tiene en el poder adquisitivo de los tenedores de los bonos. Uno de los mínimos que tiene que cumplir un inversor es batir al IPC para no perder poder adquisitivo, un bono al 1% con una inflación al 2% no parece buen negocio ya que aunque estés teniendo una rentabilidad del 1% la rentabilidad real es negativa. Por eso una causa de comprar bonos con rentabilidad negativa es que la inflación en más negativa todavía y por lo tanto el poder adquisitiva aumenta. ¿Pero por qué entonces no dejarlo en la cuenta bancaria al 0% y así el poder adquisitivo subiría más que con un tipo negativo? Por confianza.
Confianza en los estados
La rentabilidad va ligada a la calidad de los emisores (o rating), un emisor que ofrezca más garantías que otros normalmente tendrá que ofrecer una rentabilidad menor para que su emisión sea suscrita. Los estados europeos cuentan con el total respaldo del Banco Central Europeo que va a realizar cualquier acción (imprimir dinero) para ofrecer una seguridad a los tenedores de la deuda, esto puede dar más confianza a los inversores que tener el dinero en un banco. Cuando tenemos dinero en una cuenta bancaria al y al cabo como acreedores de ese banco, y al banco no le respalda ninguna autoridad como el BCE, y ya hemos visto los últimos años como bancos de todo el mundo han quebrado dejando a los ahorradores en una situación complicada. Hay inversores conservadores que prefieren tener su dinero en bonos estatales aunque el incremento de su poder adquisitivo sea menor.
Obligatoriedad de compra y programa de estimulo
Las grandes posiciones en deuda pública son de fondos (tanto públicos como privados) y de las entidades financieras. Muchas veces estos fondos, sobre todo los públicos como el fondo de la seguridad social, tienen la obligatoriedad de tener un porcentaje de su cartera en bonos estatales, básicamente el Estado emite deuda y buena parte de ella la compra el Estado con el dinero de todos los contribuyentes. Últimamente los bancos que también reciben algún tipo de compensación por parte de los gobiernos a los que dan estabilidad y financiación. Otro aspecto que está empujando la rentabilidad hacía cotas negativas es el inicio del plan de estimulo que va a entrar en vigor a partir de ese mes de marzo y estará vigente, como poco, hasta septiembre de 2016. 60.000 millones de euros mensuales que va a ir directamente destinados a la compra de bonos. Nos esperan tiempos con rentabilidades muy bajas en toda la renta fija europea.