Recesión en 2019

Las recesiones suelen darse más o menos por sorpresa, no suelen avisar mucho y suelen ser dramáticas. Sin embargo durante los últimos meses no se habla de otra cosa que de la próxima recesión en 2019. Surgen expertos pronosticando la inminente caída económica, los telediarios nos bombardean con noticias negativas y las redes sociales arden.

Las explicaciones se basan en una combinación de las noticias más pesimistas que nos azotan en estos días. Normalmente cuando viene una recesión existe una única explicación muy potente. Sin embargo, ahora es la combinación de todas las que anuncian el apocalipsis

Explicaciones para la recesión en 2019

Los distintos argumentos esgrimidos para la recesión en 2019 son de índole distinta. Algunas no tienen nada que ver unas con otras y su combinación no supone ninguna amenaza extra.

Tipos de interés negativos

Los distintos gobiernos europeos, casi todos, se están financiando con intereses negativos para buena parte de sus bonos. Países como Alemania o Suiza ya cobran intereses hasta en plazo de 30 años. 

Esto, que es algo antinatural, permite a los gobiernos incrementar el gasto público sin costarle nada. Permitirá realizar una política expansiva que intente frenar las muestras de estancamiento.

Realmente los estados estarán más endeudados. Pero es deuda que no les va a suponer ningún gasto en intereses. Es una situación tan extraña que nadie sabe cómo puede acabar, pero a través de este instrumento se puede actuar. Sumado a la impresora de los Bancos Centrales que debido, a la poca inflación, también tienen margen de actuación.

Guerra comercial USA – China

La guerra de aranceles es un motivo más para defender la venida de la recesión en 2019. El libre comercio siempre ha impulsado a la economía global. Los aranceles hacen que la actividad económica se frene y afecte a crecimiento.


Esta es la razón más importante. La tensión ha escalado rápido y los comentarios en Twitter de Trump no ayudan. Igual soy un poco iluso pero pienso que esto no le beneficia a nadie y acabarán por llegar a un acuerdo. Aunque sea un acuerdo para salir del paso, que establezca algunos aranceles pero la mayor parte se relajen. 


De todas formas, aunque sus formas sean muy preocupantes, Trump tiene parte de razón en sus reivindicaciones. China siempre ha intervenido para manipular el Yuan a su favor, resultando así más favorable a sus exportaciones. Soy un amante del libre comercio pero cuando todos juegan con las mismas reglas.

Otros motivos

  • Hong Kong: Los últimos meses se están produciendo enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de orden Chinas. China quiere tener mayor protagonismo en la antigua colonia e implantar políticas polémicas.
  • Italia: La rotura del gobierno del extraño gobierno de coalición entre Salvini y Di Maio aboca al país a unas nuevas elecciones. El populismo antieuropeo crece en Italia y puede ser un nuevo dolor de muelas para la UE.
  • Argentina: La más que probable derrota de Macri hace que los mercados financieros tiemblen. La vuelta de Cristina Fernández de Kischner despierta fantasmas del pasado.
  • Brexit: La salida del Reino Unido de la UE no se acaba de aclarar después de 3 años. Se podría decir que se han tirado 3 años a la basura. Se avecina un Brexit duro, sin acuerdo.

Hay que recalcar que todos estos motivos con motivos locales. Afectan principalmente a los países interesados y no afectarán sobremanera a la economía global. Incluso el Brexit, que afectará a la UE entera, tendrá mayor repercusión en el Reino Unido.

¿Se producirá la recesión en 2019?

Se está produciendo una desaceleración en todos las economías occidentales pero están lejos de entrar en recesión. Alemania ya ha tenido un trimestre en negativo. Europa crece poco pero Estados Unidos no tiene muchos síntomas de agotamiento.


En otras crisis cuando se ha producido la caída no se buscaban muchos motivos. Sólo uno era lo suficientemente grande para llevarse a todo por delante. Pasó en 2008 y pasó en 1929. Los ciclos se dan pero no siempre igual de acusados.


Vamos a sufrir un estancamiento y una desaceleración, pero no una recesión de forma importante y global.

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