Los palos en bolsa y la indexación

No cabe duda que comprar fondos indexados es una buena estrategia para la mayoría de los pequeños inversores. Sabes que nunca te vas a hacer rico pero tampoco te vas a comer una quiebra de aquella empresa que tenía tanto potencial y que ahora no quieren ni los deep value.

Y es que las quiebras y desplomes han hecho más por los fondos indexados que todas las conferencias de Vanguard y libros de Bogle. Hay un antes y un después de comerte tu primera quiebra. A casi todo inversor novato le ha pasado, la diferencia es si aprendes de ello o no.

Empezar a invertir siendo un novato

Un fondo de inversión es aburrido, menos los de Cobas, y lo último que quiere un inversor novato y joven es meter dinero todos los meses en una cuenta y no hacer nada. No, él ha visto anuncios de chavales de 20 años con su cochazo y su chalet con piscina.

¿Qué es eso de esperar a largo plazo si hay empresas que van a dar el pelotazo mañana?

Pues eso, vamos a poner todo el capital en aquella farmacéutica bielorrusa que está tirada de precio. En los foros dicen que tiene un medicamento prometedor que está en fase de aprobación. Es tan prometedor que los grandes inversores no se han dado cuenta y el único que lo sabe es un twittero que persigue la independencia financiera.

Pues allá vamos, compramos la acción esperando grandes plusvalías. Pero no compramos solo esa acción, hay que diversificar que lo dicen en todos los sitios. Compramos unas cuantas más, que hemos venido a jugar. ¿Y qué compramos? Pues negocios tan rentables como navieras, mineras y todo lo que suene a futuro pelotazo.

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El sueño de todo inversor, hacer trading con el sol reflejando en el portátil.

El mercado no es tonto

Resulta que el mercado no es tan tonto como creías, o tú no eres tan listo. Al cabo del tiempo la empresa anuncia que sus resultados son malos, que la deuda les ahoga y que ya veremos que pasa el año que viene. ¿Y las grandes expectativas? Pues se han convertido en mucho dinero en el bolsillo de algún interesado.

Nuestro joven inversor se encuentra triste y desolado, piensa que la inversión no es para él. Primero le echará la culpa a alguien externo pero al final, en el mejor de los casos, se dará cuenta que la inversión es para todo el mundo, pero no ese tipo de inversión.

Invertir en una empresa que creemos infravalorada no tiene que dar como resultado grandes beneficios, el mercado está pensando otra cosa. Normalmente no vamos a tener razón. Y, repito, el mercado no es tonto. Y nadie vende oro a precio de hojalata.

Me paso a las empresas con dividendo

Normalmente después de los primeros palos viene un periodo de reflexión. Las locuras buscando la vida loca de los influencers de instagram pasarán a un segundo plano y buscarás inversiones más tranquilas. “Que al menos me paguen dividendo, que eso es seguro”, dirás.

El dividendo es esa cosa que te restan de la cotización el día que se reparte y además tienes que darle un poquito a Hacienda por los servicios prestados. No me cansaré de repetirlo: para una estrategia a largo plazo los dividendos son un obstáculo.

Si quieres complementar otros ingresos, o simplemente vivir de ellos, entonces son aceptables. Pero querer cobrar dividendos para acto seguido reinvertirlos es tontería, alguno me odiará por este comentario.

Ver a tus empresas pagadoras de dividendo cancelándolo, o reduciéndolo, es como si te clavaran un puñal en la espalda. O dividendo en acciones a través de una ampliación de capital, mi puñalada trapera favorita.

Te habías hecho una hoja excel con la rentabilidad que te iban a dar las acciones al precio que las compraste, y habías extendido las celdas hasta 2040, ahora ese excel puede irse directamente a la papelera de reciclaje, porque no querrás volver a verlo.

El dividendo no es seguro, no es eterno y parte es de hacienda.

La indexación es un coñazo pero no estamos aquí para divertirnos

Los palos nos forjan el carácter, nos ponen los pies en el suelo y dejamos de pensar en fantasías, pelotazos y batir a tito Warren. Después de perder dinero con inversiones ruinosas y sentirnos traicionados por empresas “seguras” todo parece perdido.

¿Todo? Bueno, casi todo. Existe un producto que no es divertido, que no es emocionante, que no es exotico, pero que puede ser el adecuado. Un fondo indexado, aquí es donde llegan los apaleados de la bolsa.

Un fondo con bajísimas comisiones y que sabes que por definición no puede quebrar. Además es de acumulación así que no tendrás que verte con Hacienda hasta que no lo vendas. Todo parecen ventajas, ¿verdad? Definitivamente, para la mayor parte de la gente si.

  • Pero es que yo quiero elegir mis acciones.
  • Vale, ¿y cuáles tienes?
  • Tengo 56 y mi objetivo es llegar a 100.
  • Me tengo que ir.
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Recreación dramática del momento

Esto es real, gente con carteras de 50 acciones y que no se ha leído un balance en su vida. Si les preguntas las razones de tenerlas te dirán que es que pagan dividendo y que habían bajado de precio.

A ver, alma de cántaro, tener 60 acciones no se diferencia mucho de tener un fondo indexado, más si tenemos en cuenta que esas acciones serán las típicas estadounidenses y una panadera. Ya sabes de lo que hablo.

Estás pagando más comisiones, no controlas nada y hacienda te visita todos los años. ¿De verdad le has dado una vuelta? La diversificación no se trata de tener el mayor número de activos diferentes, la diversificación hay que hacerla con cabeza.

Para tener una cartera muy diversificada ten el 80% en fondos indexados y el resto si quieres 3 o 4 acciones individuales para ponerle picante y que sean una apuesta personal. No hace falta nada más.

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