Compra empresas extranjeras.
Al comenzar nuestra andadura por la bolsa siempre recomiendo lo mismo, primero hay que invertir en el mercado propio ya que nos ofrece comisiones más bajas por compra/venta y custodia. Pero cuando ya llevas un tiempo y ves que esto te gusta y sacas un rendimiento tienes que ir un paso más allá y empezar a barajar otras posibilidades fuera de nuestras fronteras. Ya sea por la cantidad y/o calidad de las empresas.
España es un mercado pequeño.
En España cotizan empresas que son muy grandes y conocidas a nivel mundial, por ejemplo los 5 blue chips, empresas que son líderes mundiales en su campo, como Grifols, y buenas empresas con ingresos recurrentes y buen dividendo, como BME o Enagás, pero el mercado español es pequeño comparándolo con otros. Al pequeño inversor a la hora de empezar le puede servir pero si queremos mejorar nuestra rentabilidad tenemos que abrir nuestro campo de posibilidades y no limitarnos las opciones. Además la diversificación geográfica es esencial en una cartera a largo plazo.
Simplemente teniendo en cuenta los mercados europeos, además del español, las posibilidades se multiplican, siempre será más fácil (o menos difícil) encontrar una empresa óptima en el momento óptimo para abrir una posición.
Sectores que no encontramos en la bolsa española.
Hay que sectores que no encontramos representados en la bolsa española y por lo tanto aunque pensemos que pueden comportarse bien en los próximos meses/años no podremos invertir en ellos de forma directa. Un ejemplo muy claro es el sector automovilístico. Si pensamos que el sector de la automoción va a repuntar y queremos ser participes no vamos a poder hacerlo si no salimos del mercado español. No hay ninguna empresa automovilística, como tal, cotizando en España. Tendremos que irnos al mercado alemán y comprar BMW, Daimler o Volskwagen, o hacer lo propio en Francia con Renault o PSA.
Quedándonos en España nos limitamos las posibilidades.
Empresas poco significativas en determinados sectores.
Hay algunos sectores muy poco representados en la bolsa española o representados por empresas de tamaño pequeño y que pueden no cumplir nuestros requisitos. Por ejemplo la industria química en España podríamos decir que está representado por Ercros, como vemos es un empresa pequeña y poco significativa si la comparamos con los gigantes del sector como BASF, Merck o Linde. Por lo tanto si queremos invertir en un sector específico podemos vernos con las manos atadas y sin posibilidad de elección si nos quedamos en España.
Si hay un repunte en el sector químico y empieza a despertar lo que tendremos seguro es que los gigantes del sector lo van a aprovechar, quedándonos en una empresa pequeña siempre existen otras variables que le pueden afectar y, aunque el sector esté boyante, no pueda aprovecharlo.
Nos quedamos en el Euro.
La primera fase de la internacionalización de nuestra cartera debe ser sin salirnos de nuestra moneda. Una de las cosas buenas que ha traído el euro es la posibilidad de invertir en un montón de empresas extranjeras sin necesidad de sufrir el riesgo divisa. Invirtiendo en empresas que cotizan en euros no vamos a tener ningún sobresalto respecto a la fluctuación de una determinada moneda. Sabemos que la rentabilidad que obtengamos no va a sufrir ninguna variación al cambiar la moneda.
De hecho yo no recomiendo operar en otra moneda a no ser que nuestra cartera ya sea muy grande y se tome como otro tipo de diversificación. Una inversión muy buena por parte de la revalorización de un valor puede quedar en nada, o incluso arrojar pérdidas, a la hora de volver a cambiar de moneda debido a la devaluación de esta y a la comisiones por cambio de divisa.
Mi recomendación es que se empiece por Alemania. Es un mercado muy grande, muy liquido, con empresas muy grandes y buenas, y además no aplican la tasa Tobin como si hace Francia. Hay brokers que ofrecen comisiones muy competitivas para operar en el Xetra, ¡aprovéchalas!
Es hora de buscar nuevas oportunidades más allá de los Pirineos, y tú ¿ya inviertes fuera?