Reducir el riesgo sin necesidad de vender.
¿Que puede hacer un inversor cuando quiere cubrir su cartera de largo plazo en determinados momentos? La respuesta es sencilla: ponerse corto en un producto derivado de un subyacente que replique lo más fielmente posible su cartera actual. Dicho así puede parece complicado, pero no es más que abrir una operación más, que además tiene menos comisiones que una normal.
¿Pero porque alguien querría cubrir su cartera?. Imagina que tienes una cartera con las 5 blue chips españolas y que presenta una revalorización del 25%, según tu parecer consideras que el IBEX35 puede bajar durante los próximos meses porque hay presión vendedora, porque los datos están empeorando o simplemente quieres cubrirte porque quieres preservar esa ganancia que tienes y no correr más riesgos.
Muchos estaréis pensando: “pues si cree que va a bajar que venda sus acciones, no hace falta cubrirse”. Es cierto que vendiendo ya se asegura la ganancia pero puede ser mejor para el inversor no vender sus participaciones por diversos motivos: fiscales, comisiones elevadas, pérdidas de privilegios en su broker/banco si deshace su posición o simplemente porque no quiere salirse del accionariado.
Vamos a trabajar con el siguiente ejemplo: un inversor tienen una cartera con las 5 blue chips españolas que está valorada en la actualidad en 50.000€. La revalorización desde que compró las acciones es del 25%, por lo que en su cartera invirtió inicialmente 40.000€
Primero hay que determinar qué porcentaje de nuestra cartera queremos cubrir. Podemos cubrir nuestra cartera con el porcentaje que queramos. Si cubrimos el 100% cualquier movimiento del mercado no hará que varíe nuestra rentabilidad inicial del 25%, dado que lo que ganemos/perdamos con las acciones lo perderemos/ ganaremos con el futuro. Si cubrimos un porcentaje menor, 50% por ejemplo, corremos más riesgo de perder cierta rentabilidad inicial por la posibilidad de ganar más si sigue subiendo. Si sube ganaremos, aunque menos de los que suba, y si baja perderemos, menos de lo que baje.
Segundo hay que elegir el futuro que mejor se correlacione con nuestra cartera. En este caso como nuestra cartera está formada por los 5 grandes valores del Ibex35, es evidente que tendremos que utilizar un futuro sobre el Ibex35. En nuestro caso utilizaremos el mini-Ibex35 que, al tener un nominal menor que el del Ibex35 normal, nos da la posibilidad de cubrir más exactamente las cantidades.
Tercero, determinar con cuantos contratos tenemos que operar. Nuestra cartera está valorada en 50.000€ y queremos cubrirnos al 100%. Por lo tanto, teniendo en cuenta que el futuro mini-Ibex35 tiene un nominal actual de alrededor de 10.000€, tenemos que usar 5 contratos para llegar a los 50.000€ (valor de nuestra cartera).
[divider type=”thin”]Estrategias
Estrategia 1: Vender los contratos en la resistencia y volverlos a comprar cuando la cotización vuelva a superar esa resistencia. Lo que hacemos aquí es cubrirnos totalmente hasta que volvamos a superar la resistencia y consideremos que el escenario vuelve a ser alcista, por lo que ya no tiene sentido cubrirse. Mantenemos nuestras ganancias intactas durante el periodo de incertidumbre y volvemos a ponernos totalmente largos cuando pase.
Estrategia 2: Vender los contratos en la resistencia y comprarlos (dejar de cubrirnos) cuando la cotización se apoye en un soporte y pensemos que el periodo bajista ha terminado y por lo tanto el precio debería ir a buscar nuevamente la resistencia. Esta estrategia tiene más riesgo que la anterior porque dejamos de cubrirnos lejos del punto en el que comenzamos la cobertura. Al dejar de cubrirnos ganamos una cantidad generada por la posición corta y si el precio sube empezaremos a ganar desde el soporte con nuestra cartera. Si todo sale según lo previsto al volver a la resistencia nuestra ganancia será de 15.000€, 5.000e más que en la estrategia 1 pero asumiendo más riesgo. Existe el riesgo de que la cotización comience a caer y como ya no estamos cubiertos, empezaremos a perder dinero.
Estrategia 3: Vender los contratos en la resistencia, comprarlos en el soporte y utilizar el dinero generado por la posición corta para comprar más acciones en nuestra cartera. Esta estrategia es la que más riesgo tiene ya que dejamos de cubrirnos en el soporte y aumentamos nuestra posición larga, por lo que si la cotización sigue bajando empezaremos a perder en más cantidad que la inicial. También es la que más rentabilidad puede ofrecer ya que, si todo sale según lo previsto, el beneficio final será de 15.500€.