Primeras medidas de la nueva presidenta.
El jueves 8 de enero el Banco Santander nos sorprendía a todos con una comunicación donde anunciaba que iba a llevar a cabo una ampliación de capital de unos 7.500 millones de euros de forma acelerada, esto ya lo hizo el BBVA poco tiempo antes y el mercado se lo tomo bastante mal. Además junto con el anuncio de esta macroampliación también comunicaba que iba a cambiar su política referente al dividendo y dentro de poco ofrecerá menos cantidad y casi todo en efectivo, no como hasta ahora que lo hacía a través del scip dividend.
El mercado se ha tomado las dos cosas muy mal y el valor cayó el 14% cuando se levantó la suspensión después del anuncio, el viernes la cotización cerró en 6,03€, un -12% respecto al 8 de enero. Se han juntado las dos cosas, la ampliación de capital y la reducción del dividendo, pero ¿realmente son malas noticias para el valor si miramos a un plazo más largo? yo, sinceramente, creo que los dos anuncios no son perjudiciales para el banco pero también es verdad que los accionistas actuales han perdido un 12% del valor de sus acciones en poco días debido a la reacción del mercado.
Ampliación de capital por 7.500 millones de euros
Aquí hay que distinguir dos aspectos: primero si la ampliación es buena para el Santander y le da la oportunidad de encarar el futuro con mejores perspectivas y, segundo, como afecta esta ampliación a los antiguos accionistas.
La ampliación va a ser buena para el banco porque lo que hace es recaudar 7.500 millones de euros que puede utilizar para crecer mediante adquisiciones o para tratar de hacer su red más eficiente para generar mejores resultados. Nunca es malo recibir dinero pero todo depende de como lo utilice el banco a partir de ahora, si recibe dinero lo utiliza para hacer una adquisición y esta no da los resultados esperados las cuentas se resentirán. La parte más positiva de esta ampliación es comprobar que los grandes inversores siguen confiando en el Santander y le siguen viendo potencial de crecimiento, inversores institucionales y grandes fortunas han suscrito esta ampliación.
Para los antiguos accionistas esta ampliación tiene dos vertientes y ninguna les favorece directamente. El primer aspecto es sobre su participación, el porcentaje que tenían sobre el total de acciones disminuye porque el número de acciones aumenta pero su patrimonio no debería verse afectado porque es verdad que hay más acciones pero también es verdad que la sociedad recibe el dinero correspondiente a esas acciones. Se podría decir que nuestra parte de la tarta es menor que antes, pero al ser la tarta ahora más grande el trozo que nos comemos es igual.
El segundo aspecto es el más peliagudo. Evidentemente cuando una empresa ofrece una ampliación a inversores nuevos tiene que hacerlo con un descuento sobre el precio al que cotiza en el mercado, si fuera al mismo precio los inversores comprarían directamente en el mercado. Así que tienes que ofrecer un descuento y más cuando es una gran cantidad de acciones. Este es el máximo problema, no es que la ampliación tenga que ser mala por si misma, tus acciones se van a buscar el precio al que se ha hecho la ampliación y por lo tanto bajan en bolsa. Los antiguos accionistas se han encontrado con que sus acciones antiguas valen un 12% menos ahora mismo.
Otro tema es que una empresa a la hora de hacer una ampliación de capital no de preferencia de suscripción a sus actuales accionistas, esto me parece un desprecio a los accionistas actuales. Las ampliaciones siempre deberían hacerse con preferencia de suscripción. Si crees que el banco necesita 7.500 millones de euros para seguir creciendo pídeselo primero a tus accionistas y lo que no pongan hasta esa cantidad si se puede buscar con nuevos inversores.
Cambio y disminución del dividendo
Mi opinión sobre el scrip dividend ya la dí en esta entrada anterior. El scrip dividend no es un dividendo real, se dan nuevas acciones realizando múltiples ampliaciones de capital que en el mejor de los casos hacen que los accionistas sigan teniendo el mismo porcentaje de la empresa pero la empresa no vale más en su conjunto porque nadie pone dinero nuevo para suscribir esas nuevas acciones.
Esto se hacía por la determinación de no reducir el importe total del dividendo y así no dañar su imagen, como la mayor parte (más el 80%) de los accionistas elegían recibir nuevas acciones en vez de efectivo, para la empresa no suponía un reembolso total y podía hacer frente. Recordamos que el Santander es uno de esos grandes valores que tiene mucha gente (pequeños accionistas) simplemente para cobrar dividendos y obtener ingresos por las rentas. La nueva presidenta del Santander ha tomado esta medida y ha decidido repartir un dividendo más acorde con los resultados del banco.
Dar 0,60€ por acción con los resultados actuales del banco era algo insostenible, únicamente era posible porque la mayoría no quería el dinero en efectivo. Ahora se van a repartir 0,20€ y de esos 0,15€ en efectivo. Me parece una decisión acertada, puede que provoque alguna desbandada de accionistas caza dividendos, pero a la larga va a dejar de diluir la participación de los accionistas y se convierte en un dividendo más real ya que es en efectivo. La única pega que le pongo es que sean cuatro pagos de 0,05€ cada uno, si hay accionistas pequeños a los que su broker le cobra gastos por dividendos igual no le merece la pena, yo lo distribuiría en dos pagos anuales en vez de cuatro.